miércoles, 14 de diciembre de 2016

El fútbol no se toca XIII


El fútbol no se toca XIII
Eva Tacazo

—¡Espera! Deja de remar. Me ha venido una cosa a la cabeza y…
—Es la cuarta vez en tres días ya.
—¿No te parece que la medicina se está vulgarizando?
—Hombre, la medicina, así, en general, pos no sé…
—Quiero decir los médicos. No los veo profesionales.
—A ver, ¿qué te ha pasao que te conozco como si te hubiera parío?
—Pues que fui al alergólogo la semana pasada, antes de decidirnos por Sicilia. Me dijo que me veía muy mal y que tenía que haber ido antes.
—Privada o pública.
—Privada. Pero no entro en ese tema… La cosa es que me dice también, ¡literal, eh!: «Con esto no vas a ser ni sombra de lo que estás».
—Chico un fallo hablando lo tiene cualquiera.
—¿Eh…? ¡Ah! No, no. No me refiero a eso. Me refiero a que llevo una semana y estoy igual que estaba. Igual.
—Ya.
—¡Hombre! Que me medique y ya está. «No ha funcionado, doctora.», y probamos otra cosa. Pero eso de la sombra y tal…
—La medicina no es perfecta, lo hemos hablado…
—¡Ya, coño!, pero no te hablo de la medicina, no la excuses. Te hablo de la alergóloga, de la persona, de la «profesional».
—…
—¿Por qué se aventura y me dice eso? Además, ¿sabes cuánto me costaron los seis medicamentos que me mandó?
—…
—80 pavos. ¿Cómo te quedas?
—En la pública con receta…
—¡Que sí, que sí! Si este mes acabo y ya no renuevo, ya te lo dije. Pero a lo que voy es a que…
—¡Ya, ya!
—Bueno, tú, que lo de vulgarizando tampoco te lo digo por eso solo…, son más cosas…, es como que lo noto, tío. A mí hace 15 años ningún médico me decía algo como «Vas a salir de puta madre de aquí» y luego estaba igual o peor, ¿sabes? Parece que haya que ser sociable y enrollao además de médico. Aunque diría que es una tendencia en todas las profesiones.
—Lo diría por tranquilizarte, hombre.
—¡Ah!, y ¿eso lo justifica? Me miente y… ¡Oh, no! Claro, ¡la postverdad! Ya hemos llegado al tema… Estoy harto de eso y solo lo conozco desde hace 1 mes.
—¿Seguimos remando o saco las mantas y hacemos noche aquí?
—…
—Mientras te lo piensas… A mí me preocupa más lo del fútbol.
—¿El qué?
—Pues yo lo que veo es mucha violencia… Y esta gente es ejemplo de muchos jóvenes.
—¿Solo jóvenes?
—Hum. El otro día Morata forcejeando con uno del Depor se tira el tío, ¡ala! Y luego sale a prensa y dice que es normal, que ellos se tiraron y él también, y no pasa nada y tal.
—¿Y?
—Tío, ¿qué están generando con esas conductas? ¿Vamos a aceptar ahora que tirarse y hacer teatro es lo necesario, lo normal, lo que hay que hacer en algo tan sagrado como el deporte? ¿Sabes que eso provoca al contrario…?
—Esto se ha hecho siempre…
—Pues peor me lo pones. Hay que empezar a cambiarlo. Además, que eso no es verdad. Puede que se haya hecho, pero no tanto como ahora. En baloncesto no pasa, tío. Y a mí como entrenador de chavales esto me duele.
—En la NBA creo que sí. Lo llaman algo así como «Flop».
—Bueno, claro, en la tierra del winchester y del «Te denuncio porque he engordado al tragarme una ración de pasta dentífrica para mi cepillo y esa información no la ponía en la descripción del producto» es normal que esto sea el balazo de cada día, pero…
—Ya. Aquí, la verdad, no se ve mucho en baloncesto.
—Ni en otros deportes. Ni siquiera en los violentos de por sí, como el boxeo o el judo. Yo he visto mucho boxeo, me gusta, y de todas las categorías; la última vez el mes pasado en Murcia. En el boxeo hay respeto, tío. Mi hermano estuvo 8 años en Kung Fu, y desde el primer día el profesor les dio directrices antiviolencia, incluso si se enteraba de que te habías peleado fuera del club te expulsaba…
—Eso es educar.
—Y luego lo que te digo: un crío de 18 le mete un puñetazo a un árbitro, ¿lo viste?
—No.
—Y es que encima el orangután ahora será Dios, ¿sabes?, para su equipo, para su afición… Se le aplauden.
—El que aplauda eso es un tarao. Como los que aplaudieron a Messi cuando iba a declarar su evasión fiscal y tal… Hay que diferenciar: jugador dentro de un campo, es el mejor; ciudadano, muy malo. Los que le aplauden y le excusan no se dan cuenta de que, si ese dinero que defraudan todos estos tíos estuviera donde tiene que estar, no nos subirían tanto los impuestos, probablemente, y otras cosas…
—Pues sí. Y lo que te digo: ¿adónde va todo eso? A la calle. ¿Viste el empujón que le metió un tío a una chica en el metro?
—No.
—Pues la tía bajó 8 escalones y fue récor Guiness… ¡Tío, pero por qué esa chica tiene que dejar de ir a… comprar anchoas, yo qué sé…, a recoger a su gato…, me da igual…, y ahora tiene que ir al hospital, luego a la Policía, baja en su trabajo…!
—El gato desesperao…
—Hum. Luego a juicio, puede que psicólogo… ¡Tío, ya está bien! ¿no?
—Sí. Totalmente.
—Y si no el otro día, antes de partir, que me llega un video de un tío que, ¿no te lo he contao?, para tener más seguidores en youtube se graba y le llama a un tío caranchoa. ¿Lo has visto?
—Ese sí. Vaya mamón.
—¡Mamones! Ambos. Aquí no excuso al otro que le metió un puñetazo. Ese que pague su agresión. Pero ¿al otro qué le va a pasar, eh? ¿Nada? El otro se lo dijo tres o cuatro veces, cuando ya le había advertido que así ni le llamara más y que se largara.
—Sí, es como que me arrimo en la disco a una y disimuladamente le toco el culo. Se da cuenta y me dice que no haga eso. Se lo vuelvo a tocar. Me vuelve a decir con más enfado que no y que me vaya. Y se lo toco otra vez.
—La provocas, tío. Eso no se hace.
—La ostia que me llevo tampoco está justificada.
—Por supuesto que no. No debería eximirla de culpa, es que tu estás ya pasando una ralla muy clara y que no te apetece por reírte o por grabarte o lo que sea. Tío eso es de enfermos… Ni uno ni otro. Cada uno su culpa o responsabilidad o lo que sea.
—Lo entiendo.
—…
—…
—Es que yo sé, porque soy entrenador, que hay otros entrenadores que desde que tienen 8 años les dicen a los críos: «O el balón o el tío, pero los dos no pasan».
—El mundo es muy competitivo… ¿Capitalismo humano?
—Me da igual. ¿Sabes lo que digo?
—Te lo digo en serio. A ti te echarán a la calle porque tus jugadores no son competitivos.
—¡A la mierda la competición! Soy responsable de educar personas.
—Sí. Pero ¿quién te lo va a agradecer? Eres un idealista.
—Como tú.
—Yo ahora estoy en el otro lado… Además, la verdad ya no existe.
—No es solo que no exista la verdad, es que no existe mi verdad ni tu verdad.
—Existirá una… multiverdad o algo así.
—Ya pero «Llueve» y «No llueve» al mismo tiempo es un poco raro…
—¿A lo mejor puede «Mediollover»…?
—No me jodas, mediollover es llover.
—Ya. Es verdad, coño.
—Pos eso.
—Bueno. ¿Seguimos remando que no llegamos a Sicilia?

No hay comentarios:

Publicar un comentario