jueves, 25 de febrero de 2016

Miedo


Miedo
Eva Tacazo

—¿Qué te parece la letra? La he compuesto esta mañana, mientras guardaba la compra… Soy un máquina.
—Y ¿el título?
—Mmmm, estoy entre «Hipertrófiame el cacas» o «Nuevo evangelio blanquecino».
—Ya…
—No pongas esa cara, es lo que se lleva ahora.
—¿El qué?
—Nada, déjalo… Por cierto, Trump ha ganado en Nevada.
—En Nevada y en Tormenta y en Huracán. El mundo se va a tomar por culo.
—No te pases, tía.
—¿Qué no?
—De momento lleva tres victorias y poco más.
—¡Yo flipo! Recuerdo que pensaba que era un…, un payaso más. Y mira ahora.
—Lo mismo pensaron algunos de Podemos.
—Ahora creo que los payasos son los que le votan.
—¡Eh! Sin insultar.
—Si tú no votas en América.
—Te pueden escuchar, tía, baja el tonillo… Y ¡echa más pipas!
—A ver si compras tú algún día unas patatitas o algo y no parecemos pobres.
—No sé yo si con unas patatitas salimos de pobres.
—¡Bueno, bueno! No te pongas trágico, tú, que tú eres clase media, ¿eh?
—¿Clase media? ¿Qué dices? Clase media lo fui, clase media lo fueron los míos. Pero eso se acabó, murió…, y no volverá.
—1700€ son clase media.
—Mira, bonita, deja que te explique algo: los criterios para resintonizar la especie social son partidistas.
—Y victimistas.
—De víctima nada. Y no te pases que me cabreo y me largo.
—Soooo.
—No. Es que ironías y sarcasmo con eso poco, que para mí es muy serio… Para Podemos soy rico, ¿comprendes? Pero si miras mis cuentas llego cada fin de mes justito.
—Pues imagina yo, que no llego a 1000€.
—Ya, pero es que esto de la economía doméstica no es solo lo que entra. La economía de una casa es lo que entra menos lo que sale. Y tú ni hipoteca ni seguros, ni coche ni seguros, ni colegios de niños ni sus gastos médicos, que ya te digo que puedes flipar, ni gasolina para el curro, y ni luz ni agua porque vives con tus padres… ¡Y eso son solo los gastos fijos!
—¡Quietooooo! Para empezar yo colaboro con luz y agua de mis padres. Y yo con esta mierda de sueldo, como comprenderás, no puedo ni casarme, ni comprar un piso, ni pagar un coche, ni tener hijos… No puedo ni ir a la gasolinera. Solo las conozco por los anuncios de la tele.
—Mejor, así te ahorras las putas promociones de tarjetas que estoy hasta los huevos.
—¿Ahora quién ironiza?
—A ver, es un decir. Que sí, que estás peor… Pero yo tampoco estoy bien, coño. Trabajo más para estar jodido igualmente. Y si me pusiera a currar dos horas más al día entonces ganaría más para vivir mejor; pero, claro, entonces no tendría tiempo para descansar, me estresaría más y necesitaría gastar dinero en médicos o poner una cuidadora para que cuide de mis hijos esas dos horas o los llevaría a clases de algo… Conclusión: no hay salida. Soy un esclavo.
—San Agustín, tío, San Agustín.
—¿Adónde?
—¿Cómo que adónde? Muerto, analfabeto, desde hace siglos…
—¡Que yo creía que era un amigo tuyo que venía por ahí!
—…
—Pues que te quede claro que yo de clase media nada, ¡clase baja!
—Vale. Y ¿entonces qué soy yo?
—Tú también, chica. Pero dentro de la clase baja yo soy alta, ¿comprendes?
—Entonces ¿quién es clase media?
—Yo diría que médicos, directores de banco, jueces… Yo qué sé. Tira parriba.
—¿Esos son ricos, tío?
—¿Ricos? ¡Eran! Eran ricos. Digamos que los de antes, los que antes, digo, eran clase alta-baja, ahora han bajado a clase media, ¿comprendes? Y ya para clase alta están los de la bolsa, los de los ordenadores y grandes empresarios.
—Algo así como que España ya no es primermundista, ¿verdad?
—Pues mira, buen paralelismo.
—…
—Y lo importante es no ser un egódoxa y asumirlo con dignidad. Las dos cosas cosas.
—Si te oye a ti ahora uno que esté en el paro o un patriota te aostia.
—Oye, perdona, a ver si ahora tengo que ocultar que tengo trabajo.
—Pues hay gente que lo hace. El otra día Dieguito, ¿te acuerdas?, pues nos encontramos a un amigo suyo de la universidad en paro y el tío le dijo que también estaba en paro.
—¿Dieguito?
—Sí.
—¡Qué cabrón!
—Por no ofenderle, dijo.
—…
—…
—¡No somos nadie!
—¡Tío, eso es de abuelas!
—Estoy envejeciendo con tanto exceso de realidad. Necesito peyote o algo así, te lo juro.
—Pues tendrás que cruzar el charco. En la peli de Los Doors se van al desierto a tomarlo, no sé si de Nevada o…
—Calla, calla, que me has recordado a Trump.
—¡Lagarto, lagarto!
—Ahora la abuela eres tú.
—…
—En Estados Unidos tenemos una cara radical y en España otra contraria, pero igual de radical en auge. En Alemania e Inglaterra se levantan como los de Estados Unidos.
—Sí, sí. En Francia, mira Le Pen.
—Y Grecia y Portugal como España… Hay demasiada tensión a ambos lados.
—Y mucho miedo ciudadano. Sin el miedo yo creo que partidos como los de Le Pen o Podemos jamás existirían.
—También tenemos a Hilary Clinton, podría ser la primera presi de Estados Unidos.
—Los partidos políticos solo son el medio por el que canalizar ese miedo.
—En Estados Unidos están rumoreando que Hilary es lesbiana.
—Ya están los gringos oliendo braguetas para destruir…
—Y ¿qué coño importará eso? ¿Ser lesbiana te hace peor política?
—Se asocia con adúltera, y los de Trump lo saben.
—¿Les dan miedo las lesbianas?
—Para un conservador indeciso puede ser suficiente para decantarle.
—¡Oh, claro, lo olvidaba, choca contra los valores culturales tan puros y limpios de los gringos! ¡Hipócritas!
—Bueno, Trump es racista, y eso se asocia también con machismo…
—Intolerancia.
—Miedo. Está todo ligado. El machismo es miedo, el racismo es miedo…
—¡Ese lo que es es un hijo de p…a!
—Oye, chavalita…
—¿Sí, qué?
—Que te estoy escuchando ya un rato rajar porque tengo orejas, y ya te vale. ¿Sabes algo de su madre que no sepamos?
—¿Lo ves? Te dije que no chillaras.
—Pues el simple hecho de haberle parido, ¿vale?
—¡Ah, vale! Ya sabía yo que no te referías al sentido estricto de la palabra p…a.

viernes, 12 de febrero de 2016

Americanadas III: ¿Dónde coño estoy y qué era ese disparo?


Americanadas III: ¿Dónde coño estoy y qué era ese disparo?
El niño cielo

—Para comedias, Star wars, ¡eso sí que es una comedia!
—Hombre, tanto como comedia no diría yo, ni creo que nadie. Solo tú, de hecho.
—Y ¿los diálogos de R2D2 con C3PO? Y ¿Han Solo? Y ¿Chuy?
—Chuy no dialoga.
—¡No habla…! Perdón, ¡no entendemos su idioma! Pero y ¿su feedback? ¿Eh?
—Lo que tú digas, pero no te quedes con eso, hombre. El género no es comedia.
—En… dos horas lo veremos. Mantengo que Lucas en realidad es un comediógrafo, pero se oculta bajo la ficción y la aventura.
—No se miente cuando se dice que todos los seguidores de esta saga sois frikis.
—Ya. Y tú estás aquí en la cola del cine viendo escaparates, ¡no te jode!
—La verdad es que hay un grupete ahí de chicas que ya te digo… ¡Que yo vengo por que hay que venir. Yo no soy como tú!
—¡Que te den!
—Oye, ¿dónde se ha metido el Forúnculo? Está tardando ya…
—¡A saber! Rebuscando en las meninges de algún autolítico.
—Mira, ahí viene.
—¿Qué pasa chicos? Vaya cola, ¿no?
—¡Chss! Y aquí llevamos media hora, y tú ¿qué?
—Tranquilos. Que no he podido antes. Ya sé que llego tarde.
—Pues, rajábamos de ti.
—Para variar.
—Este decía que ya estarías explicando en la frutería lo de las células madre de los champiñones.
—¡Muy gracioso!
—Oye, perdona, la cola…
—Que sí, que sí… ¡Joder con la chavala! Ya sé que la cola avanza. No puede uno ni dialogar dis-ten-di-do.
—Pues la chavala está buena.
—Chsss. ¡Que os va a oír!
—¡Pues eso quiero, que me oiga…!
—Discutíamos porque dice este que Lucas es en realidad comediógrafo. ¿Qué opina un galeno como tú?
—¿Comedia?
—¿Lo ves?
—Que sí… Es un nuevo Aristófanes, mezclado con Borges.
—Bueno, me río un poco con Solo y los robots, pero ¿comedia?
—¿Lo ves tú? Se ríe.
—Mirad ese cartel… Aquel. Will Smith hace del doctor Omalu.
—¿Concussion se llama la peli? ¿Qué es eso?
—Conmoción cerebral. Lo del médico es muy interesante.
—Sí, claro. ¡Sois muy interesantes!, sobre todo cuando escribís, que no se entiende una mierda… Años de carrera pa escribir así las recetas.
—Tío, eso son chorradas… Bueno, pues que ese médico ha puesto en jaque a televisiones, empresas de publicidad, managers deportivos, equipos de fútbol americano, inversores, en fin, todo lo que gira alrededor de la NFL.
—¡Oh, sí, un médico ha hecho todo eso! ¡Más que un avión terrorista en 2001!
—Tío, déjate de ser un enterao y déjale hablar… Cuenta, cuenta, que a mí las conspiranoyas me alucinan.
—Nada, ya está. Falta ver cómo acaba todo esto.
—Pero ¿qué hizo?
—¡Ah! Se me olvidaba. El caso es que…
—Psss. La… cola.
—Oye, tía, no me toques los…
—¡Cállate, tío! ¿Qué te pasa?
—No te preocupes, va borracho.
—¿Qué dices de borracho? Oye, tú, estamos charlando. La fila no se va a ir…
—¡Deja a la chica ya!
—Se cree esta que por tener ese par me voy a callar.
—Chsss. Cállate.
—Hum.
—Decías que ese médico…
—Sí… El tipo descubrió que de manera directa el fútbol americano influye en daños muy severos al cerebro. Digamos que puede provocar suicidios.
—¡Joder!
—Ahora ¿lo entiendes?
—Ya ves. Un médico que…
—Neurólogo.
—Eso.
—Un neurólogo que sería atacado primero por la propia NFL, que mueve una pasta gansa con eso de la publicidad y contratos y tal. Abogados, publicistas, periodistas…, todos pagados para quitarse de en medio al bueno del médico que amenaza el «star system» de los jugadores y de la liga. Porque los jugadores empezarían a acojonarse… De hecho ha habido varios jugadores que en la plenitud de su carrera han abandonado: Patrick Willis, de 30 años, Jason Worilds, de 27, y Jake Locker, de 26.
—¿Acojonarse, has dicho? Pero ¿tú te crees que con lo que ganan iban a acojonarse? Esos lo han dajao vete tú a saber por qué. Tú pon en una mano un riesgo de salud, yo qué sé, como el tabaco, y en la otra 10 millones de dólares... ¡No me jodas! Además que esos tíos ni piensan, si casi no tienen estudios.
—De eso nada. Patrick Willis jugaba en el mismo equipo que Chris Borland, de 23, que fue el primer jugador en abrir la boca sobre el tema y en dejar de jugar hace unos años. ¿Crees que es una coincidencia…? Los estudios de Omalu observan que los golpes en la vida media de un jugador de alto nivel son similares a accidentes de tráfico leves. ¿Sabes los golpes semanales que puede tener un jugador? Entreno, partido, entreno, partido… Imagínate cuántos golpes en tu coche pueden ser… Pues el tío estudió a un jugador en sus 15 años jugando y equivalía a veinticinco mil accidentes de tráfico leves. Y luego una universidad realizó más estudios de los cerebros de otros jugadores fallecidos.
—Rebuscando en las meninges…
—Casi ninguno pasa de los 50 años de vida. Ataques al corazón, suicidios… Lo interesante fue cuando 2 de ellos se suicidaron disparándose en el pecho.
—¡Eso no lo hace nadie!
—Exacto. Era para que pudieran examinar sus cerebros porque sabían que algo iba muy mal y ya habían oído las denuncias de Omalu.
—Y, si está tan claro, ¿por qué nadie se entera o por qué no se hace nada?
—Se está haciendo. Se está intentando.
—Eso no es nada.
—Tío, el médico lucha solo contra América. ¿Sabes lo que eso supone? Son los inventores del marketing, han asesinado a cuatro presidentes, que sepamos, en su historia de la democracia, y taparon el asesinato conspiranoide de Kennedy. ¡Es América, tío!
—Mira: la esperanza de vida media de ese país está en 76 años, y la de los jugadores de NFL, 56.
—Sí, pero no es lo mismo esperanza de vida que vida media.
—A mitad de este año el Centro Médico de Boston, que se encarga de estudiar cerebros de ex jugadores fallecidos, informó de que 87 de 91 cerebros tenían CTE.
—¿El qué?
—Encefalopatía traumática crónica.
—Con ese nombre es normal que se asusten, tío, y se suiciden. Ponedle…, yo qué sé, dolor de cabeza agudo…
—¡Igualito!
—No me jodas. Yo oigo celopatía reumática de esa y… ¿Has pensao que igual se suicidaban por no aguantar a su mujer? A veces pasa.
—Provoca demencia, pérdida de memoria, depresión, agresividad, confusión… Deterioro cognitivo. Compáralo con el Boxeo, y esto lo sabemos desde hace tiempo ya: golpes reiterados en el hígado, por ejemplo, son sumamente dañinos. Y en la cabeza… Pues ¿lo mismo en la cabeza qué crees que va a provocar…? El caso más conocido en boxeo es Alí. Temprano y gravísimo Parkinson. Solo se explica por los pequeños traumatismos secundarios.
—Pero el Parkinson puede deberse a otras cosas, y esto también. No es definitivo.
—Sí. El Parkinson se debe a la destrucción de la sustancia nigra en los ganglios basales. Pero el caso de Alí es obvio. Blanco y en botella… Todo depende de dónde sean los golpes. Un simple accidente de tráfico puede provocar desde cambio de personalidad a deterioro cognitivo… Mira: el año pasado tuvimos una paciente, Andrea: accidente en bici muy grave hace diez años, varios TAC… ¿Qué había?: empobrecimiento ideatorio y emocional. Clínicamente olía a orgánico. Al volver a estudiar la resonancia con exhaustividad se apreciaron daños axonales en varias áreas que explicaban los síntomas.
—Te juro que lo intento pero no me entero de ná. ¿Qué idioma habláis los facultativos? Hay que sacarse por lo menos un C1 pa pillar algo.
—Lo que quiero decir es que igual que un traumatismo grave, como el accidente de la niña, puede dar una imagen patológica años más tarde, imagínate entonces muchos traumatismos, o sea, golpes, en este caso, repetidos durante años.
—…
—Por eso me alegro de ver este tipo de películas. Es necesario que sepamos la verdad en cuestiones de salud. Y luego el que quiera matarse que se mate. Pero sepamos la verdad.
—¡Joder! Solo la NFL puede tapar estas cosas.
—América.
—América.


jueves, 11 de febrero de 2016

El gen esclavista


El gen esclavista
Dante


Las estampidas de los pasos del gigante son cada vez más brutas,
el progreso avanza, pero nosotros nos quedaremos atrás.

La carrera es cada vez más violenta, rápida. Competencia perfecta.
Alguien mejor que tú, mejor que yo, mejor que todos nosotros.

Son nuestro enemigo. No es ninguna “inteligencia artificial”.
Es lo nuevo “natural” al extremo de su perfección y posibilidades.

En unas décadas seremos los parias, criaturas arcaicas despreciadas por los perfectos hijos del futuro. Pero no sé si ellos serán humanos, como también dudo de la “conejidad” del conejo fosforescente —que ya, por cierto, existe.

En un futuro muy cercano, los humanos serán tratados como mercancía: pagarás por la inteligencia, la altura y la salud de tu hijo. Será mejor que pagues, aunque te cueste un ojo de la cara. Aligera tu cuenta bancaria, o te quedarás atrás y no podrás competir.

Yo, por mi parte, en cuanto empiece todo esto, me iré a una choza bien apartada allá por Finlandia, Wyoming o El Tíbet. Aún no lo sé. Pero me iré lejos, tengo miedo del futuro.