martes, 31 de diciembre de 2013

Mamá, quiero unos globos


Mamá, quiero unos globos
Eva Tacazo

Mira esto que pone aquí: «La Asociación Americana de Psiquiatría nos ha advertido de que introducimos a las chicas a una edad muy precoz en un mundo adultamente sexualizado».
¿Lo dice por las tetas?
Chssss. ¡Que te van oír!
Bueno, vale. ¿Lo dice por las glándulas mamarias, los pomelos, los globitos?
Sí… Eso y más. Pero eso.
Bueno, es normal.
¿Normal?
Normal que nos adviertan, digo.
¡Ah! Es que… creo que tienen razón los americanos. Mira, yo me acuerdo de un peliculón: Pequeña miss sunshine
Sí, la de la niña gafúa…
Sí, esa. Pues alucino con los padres así…, que existen ¿eh? Y América los exporta: como la comida basura, abusar de la gente en la sanidad privada y las películas absurdas y tan educativas y abatibles de adolescentes. Son esos padres que acompañan a esas niñas de 8 años a concursos de belleza a los que aquellas, mamás ultracompetitivas y aburridas, las apuntan, acompañan, empujan…
Obligan…
Sí. Y crean en las jovencitas miedos, inseguridad, estrés, competitividad insana, arrogancia, prepotencia…
Superficialidad…
Sí. Todo eso… Imagina que con 20 años una de esas niñas se rompe una uña antes de una entrevista de trabajo.
Es…
Enfermizo.
Hombre, no te pases ¿no?
Las mamás quieren vivir a través de ellas lo que no pudieron o desearon: ser el centro de atención, satisfacer su ego y orgullo, superar sus complejos, sus arrugas y sus michelines.
Enfermizo.
Bueno, no sé si enfermizo. Pero si lo han dicho los psiquiatras es que algo de eso tiene que haber.
¡Niñas de 8 años maquilladas, exigiendo un pelo perfecto, poniéndose ya postizos si fuera necesario, o extensiones!
Aprenden a no aceptarse a sí mismas. Camarero, una tila.
¿Tila?
Hum. Estoy a dieta.
En fin, les baja la autoestima, se reduce el autoconcepto, se cierran a la amistad, porque todo es una competición en la que un pelo mal colocado es una tragedia.
8 años. Y se contonean en una pasarela recibiendo vítores, flashes, premios de belleza, regalos de los patrocinadores…
Refuerzo de la familia si ganan y castigo si pierden.
Normal.
¿Normal?
Somos una sociedad que refuerza, sobrevalora y exalta la sexualidad. Normal, digo, en esta sociedad. La mujer sabe que tiene una falsa sensación de poder que no tiene el hombre. Y ese poder se puede usar para beneficiarse de una situación, por necesidad, digo. Tienen las de ganar en cuanto al uso del atractivo físico. Al entrar en la adolescencia, creo yo, se dan cuenta de que dos tetas...
¡Eh!
Dos globos tiran más que dos… Joer ahora no me sale la rima.
Ya. Ya. Se van obsesionando con eso. ¿Quién es la triunfadora entre los animales masculinos? Claro. Ven que esas adolescentes dominan la situación, controlan, las miran…
Y como no educamos en nada más o no potenciamos otros aspectos… No digo ya valores, sino unos ojos bonitos.
¿Qué dices?
¡Qué digo! Si usan lentillas falsas ya…, de esas de colores. Joer, un día de estos me ligo a una y se pone a quitarse pestañas, lentillas, uñas, maquillaje, el wanderbrá ese, taconazos...
Culobrá, extensiones…
Joer, me he quedao dormido en la cama.
Ya.
Algunos hombres también, todo hay que decirlo.
¿Wanderbrá?
No sé, pero culobrá sí. Y más cosas.
Prefiero no saberlas.
¿Recuerdas hace tiempo una revista, creo que era la Vogue, que puso en portada o dentro unas fotos de unas niñas de 8 o 10 años maquilladas como modelos adultas?

No caigo.
Pues lo que te he contado.
¿Es americana esa revista?
No lo sé.
Bueno, no toda la culpa será de ellos…
No, claro. Realmente no sé si es de ellos, del sistema, de los padres, del colegio… No sé.
Ya.
Ahora las madres regalan a sus hijas por cumpleaños unas… globos. Aunque creo que a partir de 16 años pueden sin que consienta un padre.
¿Crees que un padre consentiría antes?
Pues sí, realmente sí. ¿Recuerdas a Sicio?
Sí.
Pues operaron a su hija de 12 años porque se le metió en la cabeza que tenía las orejas grandes o no sé qué de la nariz.
Baja autoestima, complejos. Lo que hablábamos.
Pues que vaya al psicólogo, entonces, a un experto estético, yo qué sé. Lo otro es muy agresivo. Se les enseña urgencia, impaciencia, descontrol de las emociones, nada de esfuerzo por superarse ni aceptarse.
Es a lo que vamos, ¿qué más da?
No, si yo no estoy en contra de la estética sino de la urgencia. No estamos preparados tan temprano… Ya verás lo que da. ¿Crees que esa niña va a aprender a ser feliz o a dejar de sentirse fracasada cuando la vida se le vuelva un pelín en su contra?
Aprenderá.
Aprenderá, pero tarde, cuando haya otras dificultades en su vida. La edad de aprenderlo es hasta la adolescencia.
Se aprende siempre, tú.
Sí. Pero la mayoría hacia los 18 baja el aprendizaje en torno a un 80% de media. Creo que lo leí a la Punset.
Aprenderemos.
¿Nosotros?
Hum.
No creo. Solo nos adaptaremos.  Y ya sabes…

domingo, 22 de diciembre de 2013

Tabacomer mi olla…


Tabacomer mi olla…
El niño cielo

—¿Que van a prohibirlos?
—Te juro que lo oí.
—Increíble.
—Se discutirá si en bares y tal también.
—Pa una cosa que funciona. Te lo digo yo. Llevo 9 meses sin fumar. Estuve 3 meses con el electrónico, y disminuye el efecto fisiológico. Comprobado. Fumas pero no nicotina. O sea, no fumas tabaco. También los hay con un poco de nicotina. Total, que el cuerpo se cura. Lo único que queda es lo psicológico.
—…
—Hay quien sigue chupando porque no perjudica ya y les queda el mono psicológico. Y otros como yo que ni eso. Yo ya no lo uso.
—Pero te apetece.
—Hombre, son 19 años. Claro que apetece. Pero es el residuo psicológico, nada más. Por eso…
—Por eso.  Hay algo detrás. Huele mal.
—¿El tabaco? Ya.
—No, la prohibición.
—¡Buah! Y tanto.
—¡Si no de qué!
—¿Cuánto ha descendido el consumo de tabaco?
—DEUS EX MACHINA: En 2012, por ejemplo, en Canarias el consumo descendió un 15%; En 2013, el consumo entre adolescentes ha descendido un 7% en los últimos años; A partir de 1997, se inicia un leve pero continuo descenso hasta la actualidad; Desde el inicio de la crisis las ventas de tabaco en España no han parado de bajar; En 2013 la venta de cajetillas de tabaco ha bajado un 12%; En los últimos 8 años las ventas han caído un 42% y la recaudación por impuestos se ha elevado hasta un 23,4%; El contrabando de tabaco, hasta hace poco inexistente, ha experimentado un aumento espectacular. Según el informe IPSOS, publicado en marzo de 2013, el total del tabaco consumido en territorio español durante 2012 sin impuestos alcanzó el 12%...
—¡Vaya!
—¿Tú crees que las Tabacaleras se van a quedar con los brazos cruzados? Cada dueño, que tendrá…, imagínate, un suponer, 50 años… Y está ahí, con sus directivos abatibles, en una mesa larga, todos con traje, fumando y tomando café, con sus ingresos mensuales de cinco cifras, con sus cochazos a los que poner gasolina, sus plantas y jardín que regar, sus cocineros que cocinar, sus facturas de luz que embolsar, sus vacaciones en Marbellas, Parises y Cancunes que disfrutar, sus ex mujeres a las que mantener, chatis a las que con joyas conquistar… ¿Cada dueño y sus directivos va a quedarse mirando  mientras le quitan su pan?
—…
—Ellos viven de eso. Quieren seguir viviendo de eso. Quieren que sus hijos vivan de eso…
—Son muchos intereses.
—…
—Porque, pensar que es el propio Gobierno… no, ¿verdad?
—Hombre. El Gobierno saca lo suyo…
—DEUS EX MACHINA: En los últimos 8 años la recaudación por impuestos se ha elevado hasta un 23,4%.
—¡Joer!
—¿Qué te crees? ¿Se puede pensar bien? Eso sería de ilusos.
—…
—¡Prohibir cigarrillos electrónicos! Que prohíban los cigarrillos de chocolate esos que hay por ahí.
—Lo que no prohíben es fumar. Ahí no se atreven.
—¡Qué se van a atrever! Eso no lo prohíbe ni el Chuck Norris.
—Es todo una hipocresía… y…
—Una mierda. Eso es lo que es. Un truño. Pa una cosa que funciona genial y la gente lo está cogiendo con ganas…
—¡Ah! Y los negocios. Se están abriendo tiendas de venta de cigarrillos electrónicos, cada vez más: con sus diseños, sabores, colores… Mejorando la economía del país. Y van y ¡zas!. En toa la cara.
—DEUS EX MACHINA: Más de 500 establecimientos OVALE entre Asia, Europa y América; Marcas que ya distribuyen cigarrillos electrónicos con fantástico diseño abatible: Janty, Vision, Joyetech, Kanger e Innokin.
—No somos nadie.
—Naaa.
—Oye, ¿dejas a las niñas con sus abuelos y nos vamos a ver el fútbol?
—Hum. Allí al menos puedo fumar. Pero pasamos antes por ca Sicio, que voy a comprar unas velas.
—¡Es que vas a hacerle una cena especial a tu mujer pa ver si arrimas!
—No, hombre. Me han dicho que puedo ahorrar desde un 20 a un 45% en la luz.
—Eso es volver a las cavernas…
—O eso o ya no veo el fútbol más en el bar.

jueves, 19 de diciembre de 2013

El fútbol no se toca II


El fútbol no se toca II
Eva Tacazo

—Chico, ¿cómo vas?
—Na, ahí acabo de dejar a la niña con los abuelos, a ver si me libro un rato pa ver el partido.
—Ya. Y ¿te has enterado de la última?
—Sí, bueno…, lo del Amador y la Benito… ¡Vaya líos!
—¡Qué va! La última del fútbol, hombre.
—No.
—Europa, Bruselas, ¡que nos cierran el fútbol!
—¿Qué dices, carajo?
—Lo que oyes… Parece ser que hay 7 equipos españoles que reciben financiación del colectivo.
—¿Qué colectivo? ¿El autobús?
—¡Del dinero público, animal! De nuestra contribución, de lo que damos, de lo que nos quitan, de los impuestos…
—¿Qué dices?
—Atiende. Equipos que se financian con ayudas autonómicas o provinciales.
—…
—Y, claro, ese dinero es nuestro. ¡Y no lo dicen! Las cuentas no están claras. No hay transparencia. Yo no veo bien.
—Si no lo dicen es porque es ilegal.
—Pues eso. Y los han denunciado, o los van a denunciar, no me he enterado muy bien… Lo están investigando.
—Entonces, ¿de dónde se financian los equipos?
—Son clubes. Privados. Se gestionan ellos, como cualquier empresa.
—Y ¿reciben ayudas del Gobierno?
—Del Gobierno, de la provincia, de la Comunidad… Lo que sea. No se sabe exactamente. Dinero público y abatible.
—Entonces ¿es delito?
—No sé. Pero está mal seguro. Y eso no es todo. Parece que ese dinero se puede haber entregado a cambio de cosas… ¿No sé si me entiendes?
—…
—Pues si no me entiendes te digo: corrupción, tráfico de influencias, terrenos, por ejemplo.
—Ya, ya. Y, claro, tienen más recursos abatibles esos que otros equipos. Claro. Y serán los grandes.
—…
—Serán. ¡Hombre!
—Me fastidia porque, cuando yo veo el fútbol y hablo de fútbol, yo no pienso en estas cosas. Nadie lo hace. Y también ahí… ¡También ahí! Esto es una vergüenza.
—Quien más y quien menos…
—Y dicen unos que como el fútbol es un bien nacional y cultural puede recibir ayudas, como museos o...   Por eso está el Gobierno viendo cómo nos defiende. ¿Es o no es cultural?
—Yo creo que sí. O sea, es nuestro. La marca España, ¿no? El aceite, el Fino, la paella, el jamón, Chiquito de la calzada, Julio Iglesias, Belén Esteban, el deporte, el fútbol.
—Julio Iglesias es de Miami.
—¿Seguro? ¿No fue portero del Madrid?
—Lo ficharían… Y el fútbol es inglés.
—Mira, nosotros tendremos un inglés de camping, pero en los últimos años ¡el fútbol es nuestro! No sabes ese de «Soy español. ¿A qué quieres que te gane?».
—Ya, pero todo eso de la marca es para defenderlo. Pero dile tú a la gente con la que está cayendo que se está ayudando a financiar la deuda o la promoción de equipos de fútbol. O sea, como Marbella quiere promocionarse le pone su nombre a la camiseta de un equipo…, ¿a cambio de qué? Porque ese equipo quiere fichar o pagar a sus fichajes o a los bancos que les adeudan.
—A cambio de dinero.
—Y ¿de dónde sale el dinero para promocionar Marbella?
—A lo mejor de empresas privadas.
—A lo mejor. Eso es lo que investigan. Pero si han denunciado es porque algo hay. Tú piensa que eso les da ventaja con respecto al resto de clubes. No se compite en igualdad, ¿me entiendes? Tú imagina que a tu sueldo en la panadería le añadimos, no sé, 500 euros. Mientras que a la panadería Jimeno no le dan nada. Imagínate que a Orange le da el Gobierno bajo manga unos miles de euros. ¿Cómo crees que eso le sienta a Vodafone?
—Sí, pero si yo soy el alcalde y quiero promocionar mi pueblo puedo hacerlo con el dinero público para explotar nuestros puntos fuertes, en anuncios o usando otros productos. Imaginemos que quiero promocionar nuestros niños hamburguesa, que son genuinos de aquí… Puedo ir al súper equis del pueblo cercano —que está cerca, quiero decir— y promocionarlos.
—Ya. Pero esas cosas se hacen a concurso, como las obras públicas y tal. Y parece que no está limpio el concurso o no se ha hecho. En el caso de nuestros niños hamburguesa, por ejemplo, ¿a qué súper vas? No se puede elegir  uno que te guste a ti. Hay que cumplir unos criterios y el que más se ajuste gana.
—Y ¿si solo hay un súper en el pueblo en el que quiero promocionarlo?, ¿en el pueblo de al lado, por ejemplo?
—Tanto no sé… Será una cuestión del número de habitantes. Si son pocos no hará falta concurso.
—Pero hay pueblos pequeños con 2 supermercados.
—…
—Y ¿por qué no voy yo a poder promocionar al equipo de mi pueblo o de mi ciudad con niños hamburguesa en las camisetas? Así cuando vayan a jugar contra otros favorecemos nuestro pueblo para el turismo y esas cosas, ¿no?
—¿A cambio de dinero?
—Por ejemplo. Le pagas a ese equipo. Y lo que haga el equipo con el dinero ya es cosa suya.
—Pues no sé. Pero en Europa están que trinan.
—Pero ¿quién lo ha denunciado?
—Equipos europeos, de Alemania, creo.
—¡Eso es envidia!
—Envidia y lo que tú quieras. Pero si tienen razón que lo paguen... La cuestión es cómo lo van a demostrar. Si es verdad, ¿cómo va a defenderlo España?, ¿con lo del bien cultural? ¡Intoxicaciones alimenticias, hambre y corrupción política contra bien cultural! Pa mí que el pueblo se les echa encima ¡A ver quién gana!
—¿El pueblo? El pueblo está dormido.
—…
—Y lo otro… se tapará. El fútbol no se toca.
—Esto es Europa. No lo tengo tan claro.
—¡Como si en Europa lloviera desinfectante todas las noches!

jueves, 12 de diciembre de 2013

Americanadas


Americanadas
El niño cielo

La historia nos enseña que Norteamérica es la nación «primeraentodo». Un amigo me decía el otro día: «Incluso para ser descubierta». Si fuéramos al Guinness tendría el récord de récords Guinness. En fin, fuera coñas. Mejor dicho, sigamos con coñas. ¿A cuántos Presidentes han matado o intentado matar?, ¿a todos?, ¿podemos saberlo con certeza? —comento esto con tristeza, conste; de coña, pero de triste coña—. Pues, veamos: desde 1783, tras la Carta, 8 presidentes han caído ostentando su cargo; la versión oficial dice que 4 de ellos asesinados —imagino que no hubo forma de taparlo, maquillarlo, ocultarlo, cambiar los canales de televisión, dejar de emitir radio, desconectar satélites, dejar ciegos a los testigos antes de los sucesos, convencer a unos tíos para que se vistieran de negro y borraran sus memorias con un boli fabricado por Q, montar una película, literalmente, culpar a los extraterrestres, desviar la atención emitiendo cómo McGyver con burka secuestra La Estatua de la libertad usando un supositorio y una red o televisando cómo un alqaedano palestino se inmola mientras dibuja en el suelo el Pentagrama invertido—, a saber: Lincoln, J. Garfield, W. Mckinley y Kennedy. Parece todo un poco como de película, ¿verdad? Exacto. Es lo que ha conseguido esta sosegada nación, que todo sea un «show», pero no lo olvidéis: asesinaron a 4 de sus Presidentes del Gobierno, que sepamos. ¿Te lo imaginas aquí?
A propósito de trucos y engaños, ¿quiénes iban a ser si no los inventores del Marketing —no me refiero al primer mercadeo, pues Fenicios y tal ya lo hacían—? Bingo. Norteamérica. Las versiones son varias: hace unos siglos hubo un exceso de producción agrícola y aquellos agrupados consiguieron venderlo todo utilizando técnicas de venta, profesionalizando roles y evitando desechar la sobra, y de un gran resultado ya se sabe…; hace unos siglos aparece la primera revista oficial en Filadelfia; a partir de ahí: pósters, radio, publicidad, los botones conmemorativos de G. Washington, Singer, Macy’s y los precios impares, «I want you», artículos no comestibles para los súper, McDonalds, Coca-cola, Apple y Jobs, posicionamiento, Black friday, Halloween y sus disfraces, Acción de gracias y sus regalos, st. Valentine’s day…, y un no parar que convierte a EEUU en la fuente sapiencial de la mercadotecnia y el consumismo. ¿Qué es el Markenting? El engaño, la trampa, la persuasión, ganar a cualquier precio, no perder a cualquier precio, manipular a los otros, maquillar una situación, falsear la realidad, formar —no informar, que no os engañen—, y todo aquello que implique implantar un deseo, una necesidad o un motivo en alguien que no lo tiene, desea o necesita a cambio de obtener un beneficio.
Si aún no habéis visto los documentales en contra de la política y filosofía de vida estadounidense este es el momento —puede que no os guste oír ciertas cosas o no vaya con vuestros hábitos, creencias o afectos, pero todo lo que dicen está documentado y demostrado—: Bowling for Columbine, sobre la matanza de 12 niños y un profesor en un colegio a manos de 2 alumnos armados —¡cómo no!—; Farenheit 9/11, sobre financiación oculta y pactos varios con Irak, su petrolera enemiga —documental más taquillero hasta el momento—; Sicko, la sanidad retratada: aseguradoras privadas oportunistas y carroñeras, farmacéuticas psicotizantes, corrosivas, devoradoras, capitalizadas, hacedoras de drogodependientes, y hégiras y desfiles y cabalgatas y chorreos y procesiones de enfermos en ruta, por ejemplo, a Cuba, para curarse y poder ver a sus nietos; Super size me, Engórdame, retrato de un joven comiendo 30 días, 3 veces al día, comida de la exquisita, suculenta y próspera McDonalds, con dieta equilibrada, glúcidos, proteínas, verduras y fruta, y un final que no desearía tu mamá —el chef Jamie Olivier demandó y ganó a McDonalds por usar amoníaco para lavar su carne, no apta para consumo humano—; Food Inc., genial explicación de los procesos alimenticios desde el origen hasta la boca, en la América de las víricas Multinacionales; Estados unidos contra la obesidad; Waiting for Superman, que denuncia en palabras de Bill Gates el «desastroso sistema educativo» —parece que peor que el  nuestro, son los primeros, pero todo se andará—.
Como se puede ver, también son de los primeros en hacer autocrítica. Para mí el mejor ejemplo, además de los docus, Los Simpson. Pero esto ya es tinta de otro papel.

¿Qué os parece su estilo de vida? Mejor dicho, ¿su estilo de muerte?

miércoles, 4 de diciembre de 2013

¿Quieres mi opinión o tener razón?


¿Quieres mi opinión o tener razón?
Espe Or

Soñé que el ocaso de la tontera llegaba. Y fue maldita ilusión.
Existe un tipo social, hijo de la masa orteguiana todavía no sé cómo llamarlo, del que podríamos decir que vive detrás de la máxima: es más importante tener razón que la verdad. Niega, oculta y rechaza la verdad más obvia y encuentra argumentos plásticos con que doblarla, curvarla, ladearla. Y así conduce sus épicos pasos en el acontecer. ¿Os suena alguien?
De la verdad se ha hablado mucho, ¿verdad? Que no existe. Que sí existe y es múltiple, relativa, subjetiva, individual de esta los sofistas sabían bastante. Y que sí existe y es una, única, objetiva y universal. Últimamente oí incluso que es el sentido común. No es mala comparación, pero Aristóteles ya creyó que una piedra de mayor masa, que dejamos caer desde cierta altura, lo hace en menos tiempo que otra de menor masa, y tuvieron que pasar más de 20 siglos para que Galileo desplomara esa teoría del sentido común que el estagirita nunca comprobó. Yo me refiero, más bien, a actitudes, a esas verdades en las que si un niño llama gilipollas a su padre es un maleducado –entre otras cosas–.
De la razón también se ha hablado. Además de quienes la tienen y quienes no la tienen, están los que dan la razón a otros que creen tenerla, por mero servilismo, gregarismo, peloteo pueden resultar fastidiosos, por ejemplo, todos conocemos a ese amigo o amiga que cada vez que te ve o va a tu casa destaca concienzudamente lo guapa que estás con ese vestido azul aunque tú no estés convencida, lo bien que te sienta el corte de pelo, lo bien cuidado que está tu jardín aunque lo tengas lleno de arbustos y juguetes desperdigados del niño, pero sobre todo que no te dan trabajo porque no saben ver tus grandes cualidades, que te han echado de clase porque te tiene manía el profe o que llevas 4 años sin comerte un rosco porque el ambiente por el que te mueves no es el adecuado; y también están los que «quieren» tener la razón ¡estos son los peligrosos!, aunque ello no se corresponda con la verdad o la realidad.
La tontera de estos últimos llega al punto de convertirles en grandes políticos, quiero decir, oradores, manipuladores, recurriendo en muchos casos a argumentos del tipo «¿Y eso pa’qué sirve?», hablando de Picasso, o «Bueno, yo tengo un familiar en esa situación y…», como si de un caso se pudiera universalizar –aunque sí se generaliza a veces con acierto–, o «Yo he vivido eso y sé de lo que hablo», o el absurdo, violento  y dañino «Yo por mi hija mato».
Son esos que están aprendiendo una disciplina, por ejemplo, en la universidad y el profesor les habla por primera vez de un contenido que desconocían, y a los 5 minutos ya tienen una opinión formada. ¡5 minutos! Y levantan la mano para decir «Yo no estoy de acuerdo». A lo mejor el profesor lleva 5 años y ¡no se atreve a formular su opinión! Pero a lo mejor el profesor es idiota, claro, ¡puede ser! También los hay.
Un ejemplo práctico: profesor de arte y alumnos. «¡Pues pinta igual que mi hermano!», «Eso lo puedo pintar yo», «No son más que manchas», «Eso es arte porque alguien famoso o importante lo ha dicho, si no de qué», «Es una mierda porque no sé qué es». Es uno de los más habituales. Conclusión de un amigo y profesor: es verdad que el arte moderno por ejemplo tiene un aire de superioridad intelectual, lo que hace que el ignorante se sienta insultado solo con verlo.
Si quieres tener razón lo sueltas, vomitas todo eso y quedas de puta madre estés donde estés. Nadie entiende el arte moderno, ¿verdad? Por eso, mejor rajar de él y de sus partidarios, de los que lo estudian, lo trabajan, lo viven y lo sienten, antes de quedar como un ignorante, o antes de esforzarse por lograr entenderlo, o simplemente antes de creer al entendido por una cuestión de fe. ¡Porque querer ver arte donde hay manchas…!
Es lo mismo que el grupo de 35 alumnos de una clase, en la que suele haber un empollón1 o dos y un idiota2 o dos. Si el empollón levanta la mano y participa y pregunta y quiere «saber la verdad», entonces el idiota y todos sus palmeros le señalan despectivamente, ríen e insultan. Y si el idiota o algún fiel seguidor palmero insulta a alguien, se burla del profesor, molesta y distrae a compañeros y profesores faltándoles al respeto, se saca un moco o se tira un peo, entonces los palmeros y casi toda la clase ríen estupendamente, favoreciendo la continuidad de su líder; sí, el idiota, ese es el líder. Y ese no quiere la verdad, o sea,  saber que es idiota, sino tener razón: «El cole es una mierda, aquí no se enseña nada, esto es una cárcel, todos los que estudiaron están en el paro».
Y quién no ha visto a esa señora estupenda como la que yo acabo de ver en la cola de la farmacia, con un estupendo y abatible niño de 4 o 5 años, que toca  constantemente cepillos, jabones de aromas, cajas de pasta de dientes y preservativos, y se acerca la malvada e implacable farmacéutica y le dice: «¡Cariño, no toques eso que se rompe!», cuando realmente quiere decir: «¡Señora, espabile que el niño lo tira todo y como rompa algo lo paga!». A lo que responde la estupenda mamá «¡Es un niño!», pero queriendo parafrasear a los psicólogos de New Age: «Esta tía involuciona, no percibe que es un niño y juega e interactúa con el entorno y no debemos ponerles tantas barreras sociales y ser más empáticos con su inocente e imaginativa forma de obtener aprendizaje y crecer».
Recuerdo también el otro día en la cafetería en la mesa de al lado a un grupo de «adultescentes» valorando el programa La Voz, de Telecinco:  «Pues yo creo que las personas de color tienen mucha ventaja porque tienen una voz de iglesia y… Yo creo que no deberían dejarles ganar». «Tía, ¿qué dices?», espetó una con luces. Y después de un rato de gallineo imposible de descifrar: «Bueno, pues que concursen, pero no deberían ganar». Nuevo gallineo, y por fin la frase: «Bueno, oye, es mi opinión». No sé, creo que ponerme a contraargumentar para convencerte, lector, sería tratarte como un estúpido y si estás leyendo esto no lo eres.
Y si no las estadísticas. La última es la de la huelga en el sector de la educación. Datos de los sindicatos: 90% de huelguistas. Datos del Ministerio de Educación: 17%. A ver quién de los dos tiene razón. O a ver de dónde han sacado los datos cada uno. O a ver el periodista que ha informado si ha explicado de dónde salen. A mí en la radio me ha llegado así. Pero ninguno va a bajarse del burro, porque cada uno lo explicará según su verdad, o sea, según su opinión –confundiendo verdad con su dato estadístico–. Ya sabemos que en política este personaje, este tipo social, predomina como el que más. Todos tenemos a alguien que disculpa a su partido con barbaridades que si hubiera hecho el otro…
Y
avanzando
avanzando…
Yo te bautizo: Egódoxa.
__________________________________________________
1Empollón. Según el DRAE: Dicho de un estudiante: Que prepara mucho sus lecciones, y se distingue más por la aplicación que por el talento.
2Idiota. Según el DRAE: Engreído sin fundamento para ello. Que carece de toda instrucción.

viernes, 15 de noviembre de 2013

El borreguismo patológico


El borreguismo patológico
Nicholas Dunmore

borreguismo.
(De borrego).
1. m. Actitud de quien, sin criterio propio, se deja llevar por las opiniones ajenas.


Bonita definición del Diccionario de la Real Academia Española que expresa en términos más que objetivos un concepto al que llevo dándole vueltas durante bastante tiempo. Mi definición personal sería esta: PATOLOGÍA generalizada en la sociedad con una alta capacidad de mutación y de adaptación al medio para la que no existe vacuna y que se transmite por el aire.
Lo peor de esta enfermedad es su extraordinaria capacidad de hacer desparecer los síntomas, de manera que resulta imposible a los afectados detectar su presencia. Además, la enfermedad parasita de tal forma al individuo que este desarrolla su propio sistema de defensa ante posibles amenazas. Este sistema de defensa puede variar en complejidad dependiendo también del nivel de complejidad del afectado, que por norma suele ser un nivel bajo, ya que el virus ataca a los organismos (la palabra exacta sería idiotas) emocional y mentalmente atrofiados, que desgraciadamente son la gran mayoría.
La defensa contra la “desborreguización” suele ser la negación de la misma, apelando a la libertad humana de tomar decisiones y pensar por ti mismo (ja, ja, ja), ya que es más sencillo negar las cosas que aceptarlas. El mayor problema viene cuando el virus se da cuenta de que su huésped está cerca de ser “desborreguizado”, y entonces estas personas vienen a decir una frase que contiene una de mis construcciones favoritas: “¿Qué dices, estás loco?” O aluden a la típica frase estúpida y predecible de “Anda, deja de decir tonterías y haz lo que tienes que hacer”. Ciertas personas intentan transmitir debilidad y flaqueza con frases como “Ay, si yo no entiendo esas cosas” o “Si es que yo no soy tan listo/a como tú”; y recurren al uso de la compasión como método “antidesborreguización”. Por último, existe un grupo, por desgracia el más generalizado, que lo que hace básicamente es encerrarse más en su borreguismo, dando falsas pruebas insustanciales e insuficientes, además de nada lógicas, y recurrir a la violencia como método de lo que yo denomino “escape de la verdad”. En fin, como aquí se demuestra los borregos son más que predecibles.
No sé si me estaré explicando correctamente, pero por si acaso diré que cuando hablo de borreguismo me refiero a ese borreguismo invisible que está pero que nadie reconoce y que aquellos que se dan cuenta son locos o teóricos de la conspiración. Me refiero a ese borreguismo generalizado que se manifiesta en todo tipo de variantes del mismo. Borreguismo político, cultural, religioso, científico, y un larguísimo etcétera.
Si leemos la definición de diccionario sobre la ya reiterada palabra hay un término dentro de esta que voy a proceder a analizar. Me refiero a la palabra “ajena”.
Desde el momento de nuestro nacimiento, nuestro entorno condiciona nuestra educación, nuestra espiritualidad y nuestra forma de ver el mundo. Pero a su vez nuestros tutores en el borreguismo tuvieron otros tutores, que a su vez tuvieron otros y así sucesivamente. De forma que esta situación no es, ni mucho menos, reciente. El borreguismo es una enfermedad que afecta a todos los ámbitos sociales y se da en todas las edades. Si no, preguntadle a un niño por qué va al colegio. Sin duda alguna responderá “porque hay que ir” o “porque me lo dicen mis padres”. Ya desde edades tempranas metemos en las cabezas de los niños que “las cosas son como son”, “hay que hacer lo que hay que hacer”, “no intentes cambiar las cosas porque es así de toda la vida”, y muchas más frases similares que no citaré por falta de espacio. Pero ¿qué, quién o quiénes son los directores de esta fábrica infernal de esclavos humanos estúpidos, sobreinformados de mala manera, egoístas e ignorantes?
Personas de todas partes te darán miles de respuestas a esta pregunta. Unos afirman que son los “Anunnaki”, seres extraterrestres que vinieron hace siglos a esclavizarnos; otros afirman que son los Illuminati o los Masones o los Rosacruces o la Iglesia Católica o el Gobierno de los Estados Unidos. Pero ¿cómo encontrar la verdad entre todas las mentiras? ¿Cómo detectar y (lo más importante) RECONOCER que estamos borreguizados por “algo/alguien”? ¿Cómo salir del borreguismo y ser libres?
Pues la respuesta es bastante sencilla. Confíen en sus propias decisiones y olviden a los  eruditos, políticos, famosos, compañeros de clase, de trabajo, de piso, familiares, amigos, etc., porque ellos son los transmisores del borreguismo. Ellos son el transporte del virus. Lo único real eres tú mismo y debes descubrir la verdad dentro de ti usando tus propios métodos.
Creo sinceramente que hay aún esperanza para que la humanidad despierte al fin de su estupidez masiva y todos nos demos cuenta que todo lo que creemos “real” es solo producto de un engaño masivo del que no saldremos nunca si aún hay gente que no confía en sí misma sino que tiene como credo lo que ve en los medios. En definitiva, la sociedad en la que vivimos es una cadena de montaje de clones de la que somos partícipes directos. Por favor, lectores, os ruego que penséis fríamente el porqué de las cosas que os rodean. Solo así os daréis cuenta de lo absurdo del mundo en que vivimos.
Finalizo este mi primer artículo con una frase que será el tema del próximo.
“La locura no es sino la forma más absurda de llamar a la más pura inteligencia”
Saludos.