Otra vez
Kiko
El verdugo de los mendrugos
El
motín de Esquilache acabó mal. Acabó mal para el pueblo, para España, digo.
Supuso un retraso cultural porque los españoles no estaban preparados
mentalmente, culturalmente, para recibir ideas entonces modernas —alguno diría
vanguardistas—. No puedo aplaudir la decisión que tomó el pueblo hace tres
siglos.
Sin
embargo, el motín de Medina sí merece a mi modo de ver un aplauso.
Medina
del Campo, localidad de Valladolid, tierra de vinos y catadores de reconocido
gusto, parece que se ha indignado al conocer que su ayuntamiento contrataba a
Kiko Rivera, Riverita, como DJ para sus fiestas. Bueno, mentiría si me quedara
aquí, aunque me gustaría que la noticia fuera exclusivamente esa. En realidad
la indignación es porque le pagan once mil euros de dinero público —el
ayuntamiento dice que solo cinco mil—. A mí me indigna también. Pero lo que me
revuelve el estómago es que él pida esa suma o que alguien valore a este tipo
como ¿cantante?
El
caso es parecido a preguntarse si Chigrinskiy —ex del Barça, ¿lo recuerdan?; no
pasa nada, casi nadie lo recuerda; él tampoco recuerda que estuvo allí; tampoco
recuerda si fue jugador de fútbol; lo mismo pasó en el Madrid con Flaubert,
¿recuerdan?—, repito, si Chigrinskiy vale los cerca de veinte millones de euros
que se pagaron por él. Parecido a si mi queridisísima amiga Belén vale los
miles de euros que dicen a la semana —cien mil, dicen; no me creo tanto—.
Según
Florentino Pérez uno vale lo que genera. La ética y otras cuestiones no
económicas no cuentan.
Y este
botarate de postal lleva en el mercado de la música… ¿cuánto? ¿2 años?. Aunque
puede que ya pinchara en su casa —no me refiero a globitos lubricados, no
penséis mal, que os conozco—. Y pinchar en la casa de uno es como querer hacer
unos largos en las olimpiadas pero entrenar en una piscinita Toy. ¿Las recuerdan?
Hay
jetas que campan a sus anchas en una península en la que debería resucitar don
Quijote para atizar a tanto tragabilletes y robacarteras mimado que no ha
sudado en su vida, y que vive a desgracias de un pueblo socialadormecido
—porque si despierta quizás habría asesinatos y suicidios en masa—. Con sudar me
refiero a currar un poquito, y me refiero a curro, desde limpiacoches a médico,
no al juego caprichoso de un niño que ya de joven quería ser jugador del
Madrid, —jjuhghjfjhfftuf, perdón, se me metió un tiburón, creo, en la boca,
pero no me reía— ¿o era entrenador?
A lo
mejor los de Medina querían traer un mono de feria.
Lamentable es que la inefable cadena de telebasura Telecinco pague lo que paga a l@s impresentables que tiene en plantilla. Pero es problema de una empresa privada (que paga) y de la incultura general del pueblo (que lo ve y aplaude).
ResponderEliminarPero es intolerable que un ayuntamiento dedique dinero público (de los españoles) a pagar a tipejos que pretenden vivir del cuento.
Parece ser que los españoles no aprendemos.