Fisuras, rendijas,
hendiduras
Eva Tacazo
Desde el inicio de los tiempos, las normas son normas y los
trucos para saltárselas no son más que eso, trucos –a propósito de Perogrullo–. En todo edificio hay
grietas y no por eso dejamos de construir. Lo que sí hacemos –algunos– es estudiar los fallos y
buscar remedios para reducirlas, evitarlas y no volver a producirlas. Cuando
entramos a nuestra primera vivienda nueva, recién comprada, las juntas están
perfectas. El tiempo va asentando los cimientos y empiezan a aparecer las
primeras fisuras, rendijas, hendiduras. Quizás el futuro nos depare encontrar
la fórmula adecuada para que no suceda y fisuras, rendijas y hendiduras no
existan.
Hoy sabemos que, tras un antivirus contra la gripe, esta puede
mutar. ¿Matamos acaso a los médicos investigadores por no haber previsto la
mutación? Evidentemente no –creo–; sin embargo, sí sopesamos
la forma de denunciarlo. Algunos incluso lo consiguen. Sí, denuncian a un
médico, por ejemplo, porque su vacuna ya no da los resultados esperados. Si voy
a lavarme las manos a un restaurante y, al tirar del papel este tan moderno de
la máquina –esa
con dientes de sierra más peligrosa que un tiburón en una piscina– nos cortamos –en fin, un descuido ¿no?–, pues lo denunciamos,
denunciamos al creador de la dichosa máquina, de la endemoniada y
asesina-máquina-de-matar-a-través-de-pequeños-cortes, y denunciamos también al
restaurante por colocar con inquina objetos peligrosos y dañinos para el ser
humano como sierras camufladas en los lavabos. Sí, sí, en EEUU ocurrió. Y la
ley dio la razón a aquel "cráneo privilegiado" –gracias, ¡oh, gran larga
barba blanca!
Moralinas aparte –no
quiero profundizar en estos ejemplos–, recuerdo aquello de Mou. Resulta que el gran conocedor de las
leyes futbolísticas, el estagirita del deporte rey, el Libro, decide utilizar
el reglamento del fútbol para su propio beneficio –¡el que esté libre de pecado..!–: pidió a sus
jugadores provocar la tarjeta que les salvaría de una situación futura incómoda
en los últimos minutos de partido. Según vi, se notó bastante. Y se notó
bastante porque el bueno de Mou, el preocupado por la imagen del equipo que le
paga y de los jugadores a los que forma, educa y orienta, no quiso pedirles que
cometieran una falta "peligrosa" para ningún jugador del otro equipo;
o sea, darle una buena hostia al contrario, en sermo vulgaris.
Pero se notó. Sí, se notó. Y ahora el Comité de No Puede
Aprovecharse Usted De Un Fallo Reglamentario tiene intención de...
¿sancionarle?, ¿dar ejemplo? Y el otro día Antiviolencia ¿Por qué? Porque
insinuó que un equipo de fútbol sale al campo pensando en que va a perder. A
esto se le llama opinión, intuición o prejuicio, pero ¿violencia?
No sé en qué estamos pensando pero creo que fue Platón el
que al final de sus días escribió que las leyes, y no el hombre, deben
gobernar. Quizá se dio cuenta de nuestra imperfección sensible y prefirió
confiar en un constructo social también de los hombres, pero que podamos
someter a juicio y renovación.
Si la ley no funciona ¿por qué no la mejoramos?
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