La cabalgata
La niña lluvia
—Juan,
¡Juan!
—Yee,
¿qué pasa?
—Nada,
bien.
—Ostia,
no te oía con tanto ruido.
—¿Qué?
—Nada.
¡Pa casa ya!
—¿Habéis
visto la cabalgata?
—Yo
he visto un circo… Luego una película…. Y también una cabalgata… ¿Tú qué has
visto?
—Ya,
ya sé lo que dices… Lo mismo… Pero los chavales se lo pasan bien.
—Hombre,
ya te digo, los chavales lo que les enchufes, pero ahí esta el tema… Es que…
¿Qué están viendo? ¿A qué han venido? ¿Qué le explico yo a mi hija?
—Explicar,
explicar… ¿Qué le quieres explicar?
—¡Coño!
¡Pues a dónde ha venido!
—¡A
la cabalgata de los reyes…!
—O
al circo, o al cine… Pero ¿es que tú no has visto a Bob Esponja y a los de Star wars y a los saltimbanquis esos? Y
al rato, cuando ya no podía tenerla más sobre los hombros, que ya pesa lo suyo,
llega el tractor con la estrella…
—Pero
estos se lo pasan bien.
—¡Y
dale! Que eso está bien, pero hay más cosas…
—Las
que tú buscas.
—No,
si luego nos quejamos y no sabemos cómo nos hemos metido en el charco, pero nos
hemos metido.
—¿Qué
dices de charco?
—Nada,
que luego nos quejamos de los que nos gobiernan y de lo que hace uno y lo que
no hace el otro, que si los políticos, que si las farmacias, que si los
albañiles, que si los profesores, que si el fontanero, que si el médico… Así estamos todos los
días en el almuerzo, la comida y la cena. ¿O no?
—Sí.
—Pues
eso. Mucho quejarnos y luego ¿qué hacemos? Nada.
—Pero
¿qué hay que hacer?
—Chico,
pareces tonto. ¿Es que tú no estás viendo el sinsentido de esta
cabalgata, que es el mismo sinsentido con que crecen los chavales, porque no
entienden nada? ¿Es que no ves la falta de identidad de esta cabalgacirco o lo que sea? ¿Es
que no ves que seguimos siendo «charanga y pandereta»? ¿Para qué se gasta el
ayuntamiento dinero en los circenses y los disfrazaos de dibujos y los de Star wars, cuando a
lo que venimos es a una cabalgata?
—¡Ah!
—¡Mira! ¡Cuando
te he nombrao el dinero ya te has puesto alerta!
—Hombre,
es que no te explicas, chico. Ve al grano.
—Pero
si lo del dinero es lo de menos. Lo que pasa es que para ti es lo de más…
Bueno, da igual. Si tú lo quieres ver por el dinero adelante. Nos está robando
el ayuntamiento para que lo pasemos bien, los chavales se rían y haya alegría,
pero esta cabalgacircodesfiledeloscojones es más caro que si hubiera solo reyes
magos.
—¡Eso
sí!
—Esto
es un quiero y no puedo. Solo con reyes magos hay empresas que lo hacen mejor.
—Ya…
pero sería un poco soso, ¿no?
—¿Soso?
Es lo que es. Reyes magos. ¿Acaso tú te pides unas chuletas de cordero lechal y
les pones salsa de roquefort?
—Mmmm,
¿por qué no?
—0o.
—A
cada uno le gusta una cosa. No pasa nada.
—Ese
es el problema, que somos muchos… ¿Entiendes?
—No.
—¡Que
ya no hay criterio pa hacer las cosas ni ostias! ¡Que un restaurante que te
pone salsa roquefort lo que quiere es que no notes que la carne no es tan buena
como lo que te cobran!
—¡Ah!
¡Igual que cuando te rebozan el pescao y lo fríen! Eso es verdad.
—Pues
eso con todo.
—Ya,
pero está bueno…
—0o.
De los caramelos ya ni hablo, ¿verdad?
—Chico,
¿también te molestan los caramelos?
¡Qué razón tienes!Si quieren montar desfiles circenses o hollywoodianos que lo hagan otro día o a otra hora. Los Reyes Magos son Reyes Magos.
ResponderEliminarYa no saben cómo intentar desenraizar a nuestros pequeños de la cultura de nuestros antepasados (y nuestra).
Llevamos años ya en que todo vale, años de mezcolanza, de vodka con ginebra y me río y aplaudo y lo pongo en una red para que se sepa y me copien... La estética, querido Javier, la estética... Como ya no se enseña ni siquiera intrincada en la filosofía ni en la ética. También estas están desapareciendo y ya vemos las consecuencias. No tenemos modelos. Y los que había nos los cargamos. Hablaremos de ello.
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