El fútbol no se toca II
Eva Tacazo
—Chico, ¿cómo vas?
—Na, ahí acabo de dejar a la niña con los abuelos, a ver si
me libro un rato pa ver el partido.
—Ya. Y ¿te has enterado de la última?
—Sí, bueno…, lo del Amador y la Benito… ¡Vaya líos!
—¡Qué va! La última del fútbol, hombre.
—No.
—Europa, Bruselas, ¡que nos cierran el fútbol!
—¿Qué dices, carajo?
—Lo que oyes… Parece ser que hay 7 equipos españoles que
reciben financiación del colectivo.
—¿Qué colectivo? ¿El autobús?
—¡Del dinero público, animal! De nuestra contribución, de lo
que damos, de lo que nos quitan, de los impuestos…
—¿Qué dices?
—Atiende. Equipos que se financian con ayudas autonómicas o
provinciales.
—…
—Y, claro, ese dinero es nuestro. ¡Y no lo dicen! Las
cuentas no están claras. No hay transparencia. Yo no veo bien.
—Si no lo dicen es porque es ilegal.
—Pues eso. Y los han denunciado, o los van a denunciar, no
me he enterado muy bien… Lo están investigando.
—Entonces, ¿de dónde se financian los equipos?
—Son clubes. Privados. Se gestionan ellos, como cualquier
empresa.
—Y ¿reciben ayudas del Gobierno?
—Del Gobierno, de la provincia, de la Comunidad… Lo que sea.
No se sabe exactamente. Dinero público y abatible.
—Entonces ¿es delito?
—No sé. Pero está mal seguro. Y eso no es todo. Parece que
ese dinero se puede haber entregado a cambio de cosas… ¿No sé si me entiendes?
—…
—Pues si no me entiendes te digo: corrupción, tráfico de
influencias, terrenos, por ejemplo.
—Ya, ya. Y, claro, tienen más recursos abatibles esos que
otros equipos. Claro. Y serán los grandes.
—…
—Serán. ¡Hombre!
—Me fastidia porque, cuando yo veo el fútbol y hablo de
fútbol, yo no pienso en estas cosas. Nadie lo hace. Y también ahí… ¡También
ahí! Esto es una vergüenza.
—Quien más y quien menos…
—Y dicen unos que como el fútbol es un bien nacional y
cultural puede recibir ayudas, como museos o... Por eso está el Gobierno viendo cómo
nos defiende. ¿Es o no es cultural?
—Yo creo que sí. O sea, es nuestro. La marca España, ¿no? El
aceite, el Fino, la paella, el jamón, Chiquito de la calzada, Julio Iglesias, Belén
Esteban, el deporte, el fútbol.
—Julio Iglesias es de Miami.
—¿Seguro? ¿No fue portero del Madrid?
—Lo ficharían… Y el fútbol es inglés.
—Mira, nosotros tendremos un inglés de camping, pero en los
últimos años ¡el fútbol es nuestro! No sabes ese de «Soy español. ¿A qué quieres
que te gane?».
—Ya, pero todo eso de la marca es para defenderlo. Pero dile
tú a la gente con la que está cayendo que se está ayudando a financiar la deuda
o la promoción de equipos de fútbol. O sea, como Marbella quiere promocionarse
le pone su nombre a la camiseta de un equipo…, ¿a cambio de qué? Porque ese
equipo quiere fichar o pagar a sus fichajes o a los bancos que les adeudan.
—A cambio de dinero.
—Y ¿de dónde sale el dinero para promocionar Marbella?
—A lo mejor de empresas privadas.
—A lo mejor. Eso es lo que investigan. Pero si han
denunciado es porque algo hay. Tú piensa que eso les da ventaja con respecto al
resto de clubes. No se compite en igualdad, ¿me entiendes? Tú imagina que a tu
sueldo en la panadería le añadimos, no sé, 500 euros. Mientras que a la
panadería Jimeno no le dan nada. Imagínate que a Orange le da el Gobierno bajo manga unos miles de euros. ¿Cómo
crees que eso le sienta a Vodafone?
—Sí, pero si yo soy el alcalde y quiero promocionar mi
pueblo puedo hacerlo con el dinero público para explotar nuestros puntos
fuertes, en anuncios o usando otros productos. Imaginemos que quiero
promocionar nuestros niños hamburguesa, que son genuinos de aquí… Puedo ir al
súper equis del pueblo cercano —que está cerca, quiero decir— y promocionarlos.
—Ya. Pero esas cosas se hacen a concurso, como las obras
públicas y tal. Y parece que no está limpio el concurso o no se ha hecho. En el
caso de nuestros niños hamburguesa, por ejemplo, ¿a qué súper vas? No se puede
elegir uno que te guste a ti. Hay que
cumplir unos criterios y el que más se ajuste gana.
—Y ¿si solo hay un súper en el pueblo en el que quiero
promocionarlo?, ¿en el pueblo de al lado, por ejemplo?
—Tanto no sé… Será una cuestión del número de habitantes. Si
son pocos no hará falta concurso.
—Pero hay pueblos pequeños con 2 supermercados.
—…
—Y ¿por qué no voy yo a poder promocionar al equipo de mi
pueblo o de mi ciudad con niños hamburguesa en las camisetas? Así cuando vayan
a jugar contra otros favorecemos nuestro pueblo para el turismo y esas cosas,
¿no?
—¿A cambio de dinero?
—Por ejemplo. Le pagas a ese equipo. Y lo que haga el equipo
con el dinero ya es cosa suya.
—Pues no sé. Pero en Europa están que trinan.
—Pero ¿quién lo ha denunciado?
—Equipos europeos, de Alemania, creo.
—¡Eso es envidia!
—Envidia y lo que tú quieras. Pero si tienen razón que lo
paguen... La cuestión es cómo lo van a demostrar. Si es verdad, ¿cómo va a defenderlo
España?, ¿con lo del bien cultural? ¡Intoxicaciones alimenticias, hambre y
corrupción política contra bien cultural! Pa mí que el pueblo se les echa
encima ¡A ver quién gana!
—¿El pueblo? El pueblo está dormido.
—…
—Y lo otro… se tapará. El fútbol no se toca.
—Esto es Europa. No lo tengo tan claro.
—¡Como si en Europa lloviera desinfectante todas las noches!
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