Americanadas
El niño cielo
La
historia nos enseña que Norteamérica es la nación «primeraentodo». Un amigo me
decía el otro día: «Incluso para ser descubierta». Si fuéramos al Guinness tendría el récord de récords Guinness. En fin, fuera coñas. Mejor
dicho, sigamos con coñas. ¿A cuántos Presidentes han matado o intentado matar?,
¿a todos?, ¿podemos saberlo con certeza? —comento esto con tristeza, conste; de
coña, pero de triste coña—. Pues, veamos: desde 1783, tras la Carta, 8 presidentes han caído ostentando
su cargo; la versión oficial dice que 4 de ellos asesinados —imagino que no
hubo forma de taparlo, maquillarlo, ocultarlo, cambiar los canales de
televisión, dejar de emitir radio, desconectar satélites, dejar ciegos a los
testigos antes de los sucesos, convencer a unos tíos para que se vistieran de
negro y borraran sus memorias con un boli fabricado por Q, montar una película, literalmente, culpar a los extraterrestres,
desviar la atención emitiendo cómo McGyver con burka secuestra La Estatua de la libertad usando un
supositorio y una red o televisando cómo un alqaedano palestino se inmola
mientras dibuja en el suelo el Pentagrama invertido—, a saber: Lincoln, J.
Garfield, W. Mckinley y Kennedy. Parece todo un poco como de película, ¿verdad?
Exacto. Es lo que ha conseguido esta sosegada nación, que todo sea un «show»,
pero no lo olvidéis: asesinaron a 4 de sus Presidentes del Gobierno, que
sepamos. ¿Te lo imaginas aquí?
A
propósito de trucos y engaños, ¿quiénes iban a ser si no los inventores del Marketing —no me refiero al primer
mercadeo, pues Fenicios y tal ya lo hacían—? Bingo. Norteamérica. Las versiones
son varias: hace unos siglos hubo un exceso de producción agrícola y aquellos
agrupados consiguieron venderlo todo utilizando técnicas de venta, profesionalizando
roles y evitando desechar la sobra, y de un gran resultado ya se sabe…; hace
unos siglos aparece la primera revista oficial en Filadelfia; a partir de ahí:
pósters, radio, publicidad, los botones conmemorativos de G. Washington, Singer, Macy’s y los precios impares, «I want you», artículos no
comestibles para los súper, McDonalds,
Coca-cola, Apple y Jobs, posicionamiento, Black
friday, Halloween y sus
disfraces, Acción de gracias y sus regalos, st.
Valentine’s day…, y un no parar que convierte a EEUU en la fuente
sapiencial de la mercadotecnia y el consumismo. ¿Qué es el Markenting? El engaño, la trampa, la persuasión, ganar a cualquier
precio, no perder a cualquier precio, manipular a los otros, maquillar una
situación, falsear la realidad, formar —no informar, que no os engañen—, y todo
aquello que implique implantar un deseo, una necesidad o un motivo en alguien
que no lo tiene, desea o necesita a cambio de obtener un beneficio.
Si
aún no habéis visto los documentales en contra de la política y filosofía de
vida estadounidense este es el momento —puede que no os guste oír ciertas cosas
o no vaya con vuestros hábitos, creencias o afectos, pero todo lo que dicen
está documentado y demostrado—: Bowling
for Columbine, sobre la matanza de 12 niños y un profesor en un colegio a
manos de 2 alumnos armados —¡cómo no!—; Farenheit
9/11, sobre financiación oculta y pactos varios con Irak, su petrolera
enemiga —documental más taquillero hasta el momento—; Sicko, la sanidad retratada: aseguradoras privadas oportunistas y carroñeras,
farmacéuticas psicotizantes, corrosivas, devoradoras, capitalizadas, hacedoras
de drogodependientes, y hégiras y desfiles y cabalgatas y chorreos y
procesiones de enfermos en ruta, por ejemplo, a Cuba, para curarse y poder ver
a sus nietos; Super size me, Engórdame, retrato de un joven comiendo
30 días, 3 veces al día, comida de la exquisita, suculenta y próspera McDonalds, con dieta equilibrada,
glúcidos, proteínas, verduras y fruta, y un final que no desearía tu mamá —el
chef Jamie Olivier demandó y ganó a McDonalds
por usar amoníaco para lavar su carne, no apta para consumo humano—; Food Inc., genial explicación de los
procesos alimenticios desde el origen hasta la boca, en la América de las
víricas Multinacionales; Estados unidos
contra la obesidad; Waiting for
Superman, que denuncia en palabras de Bill Gates el «desastroso sistema
educativo» —parece que peor que el
nuestro, son los primeros, pero todo se andará—.
Como
se puede ver, también son de los primeros en hacer autocrítica. Para mí el
mejor ejemplo, además de los docus, Los
Simpson. Pero esto ya es tinta de otro papel.
¿Qué os parece su estilo de vida? Mejor dicho, ¿su estilo de muerte?
¿Qué os parece su estilo de vida? Mejor dicho, ¿su estilo de muerte?
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