jueves, 12 de diciembre de 2013

Americanadas


Americanadas
El niño cielo

La historia nos enseña que Norteamérica es la nación «primeraentodo». Un amigo me decía el otro día: «Incluso para ser descubierta». Si fuéramos al Guinness tendría el récord de récords Guinness. En fin, fuera coñas. Mejor dicho, sigamos con coñas. ¿A cuántos Presidentes han matado o intentado matar?, ¿a todos?, ¿podemos saberlo con certeza? —comento esto con tristeza, conste; de coña, pero de triste coña—. Pues, veamos: desde 1783, tras la Carta, 8 presidentes han caído ostentando su cargo; la versión oficial dice que 4 de ellos asesinados —imagino que no hubo forma de taparlo, maquillarlo, ocultarlo, cambiar los canales de televisión, dejar de emitir radio, desconectar satélites, dejar ciegos a los testigos antes de los sucesos, convencer a unos tíos para que se vistieran de negro y borraran sus memorias con un boli fabricado por Q, montar una película, literalmente, culpar a los extraterrestres, desviar la atención emitiendo cómo McGyver con burka secuestra La Estatua de la libertad usando un supositorio y una red o televisando cómo un alqaedano palestino se inmola mientras dibuja en el suelo el Pentagrama invertido—, a saber: Lincoln, J. Garfield, W. Mckinley y Kennedy. Parece todo un poco como de película, ¿verdad? Exacto. Es lo que ha conseguido esta sosegada nación, que todo sea un «show», pero no lo olvidéis: asesinaron a 4 de sus Presidentes del Gobierno, que sepamos. ¿Te lo imaginas aquí?
A propósito de trucos y engaños, ¿quiénes iban a ser si no los inventores del Marketing —no me refiero al primer mercadeo, pues Fenicios y tal ya lo hacían—? Bingo. Norteamérica. Las versiones son varias: hace unos siglos hubo un exceso de producción agrícola y aquellos agrupados consiguieron venderlo todo utilizando técnicas de venta, profesionalizando roles y evitando desechar la sobra, y de un gran resultado ya se sabe…; hace unos siglos aparece la primera revista oficial en Filadelfia; a partir de ahí: pósters, radio, publicidad, los botones conmemorativos de G. Washington, Singer, Macy’s y los precios impares, «I want you», artículos no comestibles para los súper, McDonalds, Coca-cola, Apple y Jobs, posicionamiento, Black friday, Halloween y sus disfraces, Acción de gracias y sus regalos, st. Valentine’s day…, y un no parar que convierte a EEUU en la fuente sapiencial de la mercadotecnia y el consumismo. ¿Qué es el Markenting? El engaño, la trampa, la persuasión, ganar a cualquier precio, no perder a cualquier precio, manipular a los otros, maquillar una situación, falsear la realidad, formar —no informar, que no os engañen—, y todo aquello que implique implantar un deseo, una necesidad o un motivo en alguien que no lo tiene, desea o necesita a cambio de obtener un beneficio.
Si aún no habéis visto los documentales en contra de la política y filosofía de vida estadounidense este es el momento —puede que no os guste oír ciertas cosas o no vaya con vuestros hábitos, creencias o afectos, pero todo lo que dicen está documentado y demostrado—: Bowling for Columbine, sobre la matanza de 12 niños y un profesor en un colegio a manos de 2 alumnos armados —¡cómo no!—; Farenheit 9/11, sobre financiación oculta y pactos varios con Irak, su petrolera enemiga —documental más taquillero hasta el momento—; Sicko, la sanidad retratada: aseguradoras privadas oportunistas y carroñeras, farmacéuticas psicotizantes, corrosivas, devoradoras, capitalizadas, hacedoras de drogodependientes, y hégiras y desfiles y cabalgatas y chorreos y procesiones de enfermos en ruta, por ejemplo, a Cuba, para curarse y poder ver a sus nietos; Super size me, Engórdame, retrato de un joven comiendo 30 días, 3 veces al día, comida de la exquisita, suculenta y próspera McDonalds, con dieta equilibrada, glúcidos, proteínas, verduras y fruta, y un final que no desearía tu mamá —el chef Jamie Olivier demandó y ganó a McDonalds por usar amoníaco para lavar su carne, no apta para consumo humano—; Food Inc., genial explicación de los procesos alimenticios desde el origen hasta la boca, en la América de las víricas Multinacionales; Estados unidos contra la obesidad; Waiting for Superman, que denuncia en palabras de Bill Gates el «desastroso sistema educativo» —parece que peor que el  nuestro, son los primeros, pero todo se andará—.
Como se puede ver, también son de los primeros en hacer autocrítica. Para mí el mejor ejemplo, además de los docus, Los Simpson. Pero esto ya es tinta de otro papel.

¿Qué os parece su estilo de vida? Mejor dicho, ¿su estilo de muerte?

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