viernes, 12 de febrero de 2016

Americanadas III: ¿Dónde coño estoy y qué era ese disparo?


Americanadas III: ¿Dónde coño estoy y qué era ese disparo?
El niño cielo

—Para comedias, Star wars, ¡eso sí que es una comedia!
—Hombre, tanto como comedia no diría yo, ni creo que nadie. Solo tú, de hecho.
—Y ¿los diálogos de R2D2 con C3PO? Y ¿Han Solo? Y ¿Chuy?
—Chuy no dialoga.
—¡No habla…! Perdón, ¡no entendemos su idioma! Pero y ¿su feedback? ¿Eh?
—Lo que tú digas, pero no te quedes con eso, hombre. El género no es comedia.
—En… dos horas lo veremos. Mantengo que Lucas en realidad es un comediógrafo, pero se oculta bajo la ficción y la aventura.
—No se miente cuando se dice que todos los seguidores de esta saga sois frikis.
—Ya. Y tú estás aquí en la cola del cine viendo escaparates, ¡no te jode!
—La verdad es que hay un grupete ahí de chicas que ya te digo… ¡Que yo vengo por que hay que venir. Yo no soy como tú!
—¡Que te den!
—Oye, ¿dónde se ha metido el Forúnculo? Está tardando ya…
—¡A saber! Rebuscando en las meninges de algún autolítico.
—Mira, ahí viene.
—¿Qué pasa chicos? Vaya cola, ¿no?
—¡Chss! Y aquí llevamos media hora, y tú ¿qué?
—Tranquilos. Que no he podido antes. Ya sé que llego tarde.
—Pues, rajábamos de ti.
—Para variar.
—Este decía que ya estarías explicando en la frutería lo de las células madre de los champiñones.
—¡Muy gracioso!
—Oye, perdona, la cola…
—Que sí, que sí… ¡Joder con la chavala! Ya sé que la cola avanza. No puede uno ni dialogar dis-ten-di-do.
—Pues la chavala está buena.
—Chsss. ¡Que os va a oír!
—¡Pues eso quiero, que me oiga…!
—Discutíamos porque dice este que Lucas es en realidad comediógrafo. ¿Qué opina un galeno como tú?
—¿Comedia?
—¿Lo ves?
—Que sí… Es un nuevo Aristófanes, mezclado con Borges.
—Bueno, me río un poco con Solo y los robots, pero ¿comedia?
—¿Lo ves tú? Se ríe.
—Mirad ese cartel… Aquel. Will Smith hace del doctor Omalu.
—¿Concussion se llama la peli? ¿Qué es eso?
—Conmoción cerebral. Lo del médico es muy interesante.
—Sí, claro. ¡Sois muy interesantes!, sobre todo cuando escribís, que no se entiende una mierda… Años de carrera pa escribir así las recetas.
—Tío, eso son chorradas… Bueno, pues que ese médico ha puesto en jaque a televisiones, empresas de publicidad, managers deportivos, equipos de fútbol americano, inversores, en fin, todo lo que gira alrededor de la NFL.
—¡Oh, sí, un médico ha hecho todo eso! ¡Más que un avión terrorista en 2001!
—Tío, déjate de ser un enterao y déjale hablar… Cuenta, cuenta, que a mí las conspiranoyas me alucinan.
—Nada, ya está. Falta ver cómo acaba todo esto.
—Pero ¿qué hizo?
—¡Ah! Se me olvidaba. El caso es que…
—Psss. La… cola.
—Oye, tía, no me toques los…
—¡Cállate, tío! ¿Qué te pasa?
—No te preocupes, va borracho.
—¿Qué dices de borracho? Oye, tú, estamos charlando. La fila no se va a ir…
—¡Deja a la chica ya!
—Se cree esta que por tener ese par me voy a callar.
—Chsss. Cállate.
—Hum.
—Decías que ese médico…
—Sí… El tipo descubrió que de manera directa el fútbol americano influye en daños muy severos al cerebro. Digamos que puede provocar suicidios.
—¡Joder!
—Ahora ¿lo entiendes?
—Ya ves. Un médico que…
—Neurólogo.
—Eso.
—Un neurólogo que sería atacado primero por la propia NFL, que mueve una pasta gansa con eso de la publicidad y contratos y tal. Abogados, publicistas, periodistas…, todos pagados para quitarse de en medio al bueno del médico que amenaza el «star system» de los jugadores y de la liga. Porque los jugadores empezarían a acojonarse… De hecho ha habido varios jugadores que en la plenitud de su carrera han abandonado: Patrick Willis, de 30 años, Jason Worilds, de 27, y Jake Locker, de 26.
—¿Acojonarse, has dicho? Pero ¿tú te crees que con lo que ganan iban a acojonarse? Esos lo han dajao vete tú a saber por qué. Tú pon en una mano un riesgo de salud, yo qué sé, como el tabaco, y en la otra 10 millones de dólares... ¡No me jodas! Además que esos tíos ni piensan, si casi no tienen estudios.
—De eso nada. Patrick Willis jugaba en el mismo equipo que Chris Borland, de 23, que fue el primer jugador en abrir la boca sobre el tema y en dejar de jugar hace unos años. ¿Crees que es una coincidencia…? Los estudios de Omalu observan que los golpes en la vida media de un jugador de alto nivel son similares a accidentes de tráfico leves. ¿Sabes los golpes semanales que puede tener un jugador? Entreno, partido, entreno, partido… Imagínate cuántos golpes en tu coche pueden ser… Pues el tío estudió a un jugador en sus 15 años jugando y equivalía a veinticinco mil accidentes de tráfico leves. Y luego una universidad realizó más estudios de los cerebros de otros jugadores fallecidos.
—Rebuscando en las meninges…
—Casi ninguno pasa de los 50 años de vida. Ataques al corazón, suicidios… Lo interesante fue cuando 2 de ellos se suicidaron disparándose en el pecho.
—¡Eso no lo hace nadie!
—Exacto. Era para que pudieran examinar sus cerebros porque sabían que algo iba muy mal y ya habían oído las denuncias de Omalu.
—Y, si está tan claro, ¿por qué nadie se entera o por qué no se hace nada?
—Se está haciendo. Se está intentando.
—Eso no es nada.
—Tío, el médico lucha solo contra América. ¿Sabes lo que eso supone? Son los inventores del marketing, han asesinado a cuatro presidentes, que sepamos, en su historia de la democracia, y taparon el asesinato conspiranoide de Kennedy. ¡Es América, tío!
—Mira: la esperanza de vida media de ese país está en 76 años, y la de los jugadores de NFL, 56.
—Sí, pero no es lo mismo esperanza de vida que vida media.
—A mitad de este año el Centro Médico de Boston, que se encarga de estudiar cerebros de ex jugadores fallecidos, informó de que 87 de 91 cerebros tenían CTE.
—¿El qué?
—Encefalopatía traumática crónica.
—Con ese nombre es normal que se asusten, tío, y se suiciden. Ponedle…, yo qué sé, dolor de cabeza agudo…
—¡Igualito!
—No me jodas. Yo oigo celopatía reumática de esa y… ¿Has pensao que igual se suicidaban por no aguantar a su mujer? A veces pasa.
—Provoca demencia, pérdida de memoria, depresión, agresividad, confusión… Deterioro cognitivo. Compáralo con el Boxeo, y esto lo sabemos desde hace tiempo ya: golpes reiterados en el hígado, por ejemplo, son sumamente dañinos. Y en la cabeza… Pues ¿lo mismo en la cabeza qué crees que va a provocar…? El caso más conocido en boxeo es Alí. Temprano y gravísimo Parkinson. Solo se explica por los pequeños traumatismos secundarios.
—Pero el Parkinson puede deberse a otras cosas, y esto también. No es definitivo.
—Sí. El Parkinson se debe a la destrucción de la sustancia nigra en los ganglios basales. Pero el caso de Alí es obvio. Blanco y en botella… Todo depende de dónde sean los golpes. Un simple accidente de tráfico puede provocar desde cambio de personalidad a deterioro cognitivo… Mira: el año pasado tuvimos una paciente, Andrea: accidente en bici muy grave hace diez años, varios TAC… ¿Qué había?: empobrecimiento ideatorio y emocional. Clínicamente olía a orgánico. Al volver a estudiar la resonancia con exhaustividad se apreciaron daños axonales en varias áreas que explicaban los síntomas.
—Te juro que lo intento pero no me entero de ná. ¿Qué idioma habláis los facultativos? Hay que sacarse por lo menos un C1 pa pillar algo.
—Lo que quiero decir es que igual que un traumatismo grave, como el accidente de la niña, puede dar una imagen patológica años más tarde, imagínate entonces muchos traumatismos, o sea, golpes, en este caso, repetidos durante años.
—…
—Por eso me alegro de ver este tipo de películas. Es necesario que sepamos la verdad en cuestiones de salud. Y luego el que quiera matarse que se mate. Pero sepamos la verdad.
—¡Joder! Solo la NFL puede tapar estas cosas.
—América.
—América.


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