El fútbol no
se toca XVI
Eva Tacazo
—¡Te
digo que es lila!
—¿Dirás
morada?
—Pues
eso. Yo qué sé, me lío un poco con los colores.
—Tío,
Lolo, yo qué quieres que te diga, en esta imagen no lo distingo.
—No
«quieres» distinguirlo, mejor dicho… A ti nunca te ha importado España.
—Yo
nunca he dicho eso, no tergiverses. Yo digo que no me exalto como tú, que te
emocionas cuando entras a un McDonald`s
porque sus colores son rojo y amarillo.
—¡Me
identifico!
—Y
yo no. Pero no es que no me importe España, es que me importa el mundo.
—¡Idioteces!
¡Vives aquí, coño, un poco más de espíritu!, ¿no?
—¿Espíritu?
—…
—…
—Lo
han hecho a cosa hecha y punto. Está todo relacionado.
—Tío,
Lolo, la camiseta no la hicieron hace un mes, ¿sabes? Eso lleva un proceso,
diseño, decisiones, idas y venidas…
—Esa
camiseta es sagrada.
—¿Me
quieres escuchar?
—¿Qué?
—Pues
que no está hablando tu razón sino tus sentimientos.
—Exacto,
porque yo quiero a este país.
—Como
los catalanes al suyo.
—¡No
me jodas que les estás dando la razón!
—Escucha
mis palabras y relájate… Estoy diciendo que tu «amor» por tu país, región,
tierra o como quieras llamarlo es el mismo «amor» que siente un republicano o
un separatista por su país, región, tierra o como quieras llamarlo. ¿Entiendes?
—¡Entiendo
que estás ciego! Y no hay más ciego que el que no quiere ver.
—No
se puede razonar contigo. Te enciendes, tío… Hasta las palomas se están yendo.
—Porque
no les gusta tu pan. Seguro que es sin gluten.
—Y
ellas lo saben, ¿no? Todas las camisetas han llevado azul siempre. Hasta el
pantalón es azul.
—Eso
no es azul. Es morado.
—Pues
votaste a Podemos. ¿No deberías pensar que es su color e identificarte con
ellos?
—Voté
a Podemos, voté. Ahora ya tengo mis dudas.
—A
mí esta discusión me parece ya una estupidez… Cuando te compraste el último
coche, el Passat, ¿no te pasó que
hasta que lo tuviste veías más coches Passat
que nunca?
—…
—Cuando
alguien se pone de repente a buscar piso está viendo constantemente carteles de
Se vende o Se alquila.
—…
—Este
debate social no existiría si lo de Cataluña no hubiera ocurrido. Es
irracional.
—No
puedes demostrar esos argumentos.
—¡Son
estudios psicológicos! Además, no hace falta, te callas porque sabes que es
verdad, pero no quieres darme la razón, egódoxa.
—No
quiero darte la razón porque eres un manipulador y le das la vuelta a todo.
—¿En
qué te he manipulado? ¡Te estoy dando explicaciones!
—Siempre
has sido más inteligente que yo pero no me voy a dejar convencer.
—Y
¿eso te parece racional?
—No
soy racional porque mi asunto es de sentimientos. No puedes tratar un asunto de
sentimientos con racionalismo.
—Se
dice racionalidad y…
—Ya
me está corrigiendo el listillo.
—Si
te molesta no lo hago y ya está… Y ¿qué te hace pensar que no puede hacerse?
—¿El
qué?
—Tratar
la irracionalidad con racionalidad.
—No
me líes.
—Ufff.
—…
—A
ver, te propongo una cosa: imagina que en el campeonato del mundo, a ti que te
gusta tanto el fútbol y lo vas a ver, España cae en octavos, o en cuartos, da
igual… Y entonces quedan…, yo qué sé, Holanda, Alemania, Portugal y Argentina.
Seguirías viendo el mundial y te identificarías con algún otro equipo?
—Portugal,
clarísimo. Cristiano Ronaldo… Y una final Portugal contra Argentina…
—¿Ves?
—¿El
qué?
—Que
se te ha pasado las fiebre nacional muy pronto, ¿no? Mira, usando las palabras
del sabio, España, en su concepción futbolística, es una tribu del centro de
África.